sábado, 4 de junio de 2011

Modos de orientación geográfica

un xingón superando el extraplomo
En la actualidad ya no se justifica el empirismo que nos hacía vagar casi  perdidos o momentáneamente extraviados por las montañas.  En cualquier café Internet de la calle podemos entrar a Google Heart y tener al instante todos los detalles en línea y en imagen de la región que nos interesa. Y con un poder de acercamiento que hasta las piedras del camino se distinguen, valles, laderas, hondonadas, cordilleras, pueblos, ciudades.

Sin pasar por alto que la tecnología actual al alcance del pueblo, como son  algunos tipos de teléfonos celulares, traen brújula, cámara fotográfica, acceso a planos topográficos, etc.

Lo mismo si se trata del cerro de Iztapalapa, dentro de la ciudad de México, que  de Shangrilá en el  perdido macizo montañoso del ignoto continente. Así fuimos nosotros al lado noreste del Aconcagua sin guía profesional, sin amigos de allá, sin haber estado en el sur del continente y sin tener el más remoto conocimiento directo dónde estaba esa montaña. Con un buen plano topográfico de la región, una brújula y un altímetro, llegamos con toda precisión como si s e tratara del cerro de Iztapalapa.



De todas maneras ofrecemos una serie de dibujos que muestran los principios rudimentarios de la práctica de la orientación geográfica. Casi todos pertenecen al libro Técnica Alpina, publicado en noviembre de 1978 por la Dirección de Actividades Deportivas y Recreativas de la UNAM, bajo la dirección del Ingeniero Alejandro Cadaval.

Estos dibujos son creación de  Manuel Sánchez.
Por mi parte creo ser el redescubridor de un método de orientación muy general que debió ser utilizado en tiempos prehistóricos. Es mediante la figura del conejo. Sistema de orientación usado por nosotros, de manera adyacente (o de confirmación), al cruzar el desierto de Altar, en Sonora, México, y el desierto de Samalayuca, en Chihuahua, del mismo país.

La Luna que  observamos en el amanecer-mañana nos dice que  estamos en el oeste con respecto de la Luna  y en consecuencia el “filo” de la izquierda   es el norte.
La que observamos en la tarde-noche nos dice que estamos en el este con relación a la Luna y el “filo” de la derecha es el norte.

Otro xingón a través del bosque


Lo anterior es más fácil de averiguar con las “lunas llenas”.
Esta manera de orientación se puede comprobar desde la ciudad sin necesidad de esperar a estar en el desierto, en alta mar o en la montaña.

La figura del conejo nos dice que es en la mañana, estamos en el oeste y el “filo” de la izquierda es el norte.
Desde luego que lo mismo vale para el Sol en el orto o en el ocaso.


La orientación mediante el  GPS se debe a Armando Altamira Areyán.

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